Valentia Mediaevalis : Los púlpitos góticos de la Catedral de Valencia.
Este blog está registrado en la Biblioteca Nacional de España con el número de ISSN 2603-8714

lunes, 29 de agosto de 2016

Los púlpitos góticos de la Catedral de Valencia.


El 30 de diciembre del año 1598, Felipe III mandaba una carta a los Jurados  de Valencia mostrándoles su deseo de celebrar su boda con Margarita de Austria en esta ciudad.

El enlace tuvo lugar el 18 de noviembre de 1599, domingo, y como no podría ser de otra forma, se celebró en la Catedral.  Sin embargo y a  diferencia de otras bodas reales celebradas en la ciudad, de esta sí conocemos todos los detalles gracias al manuscrito de Felipe de Gaona que lleva por título "Cassamiento y boda del rey Don  Phelippe III con Doña Margarita d Austria, en Valencia", y que se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de Valencia.

Gracias a Gaona, sabemos que la reina llegó a la Catedral en un caballo blanco, que su vestido era de un tejido de plata bordada con hilos de oro y piedras preciosas, y que entró a la Seo por la puerta de los Apóstoles. Incluso sabemos como fue el banquete en el Palacio Real.

Pero también gracias a Gaona, sabemos que nuestra Catedral contaba por aquel entonces con cuatro precisos púlpitos góticos, uno en cada pilar que sostiene el cimborrio, y de los que solo el conocido como de "San Vicente" ha llegado hasta nuestros días.



Púlpito conocido como de "San Vicente"


Poco sabemos de estos púlpitos, que  fueron desmontados para el enlace de los futuros monarcas, y que desaparecieron finalmente con las reformas neoclásicas en el siglo XVIII, salvándose solo el del pilar noroeste del cimborrio.

Estos cuatro púlpitos eran utilizados, dos, para cantar el evangelio, y otros dos, para cantar la epístola.

Afirma la tradición que desde este púlpito, predicó en su momento San Vicente Ferrer. Imaginamos que seguramente así fuera, pero desde luego y hasta el momento, no se ha encontrado ningún documento que así lo acredite. De todos modos y como suele ocurrir en estos casos, el único púlpito que ha sobrevivido de los cuatro "púlpitos de piedra labrada que había en los fuertes pilares sobre los que descansa el cimborrio", tal y como los describe Gaona en su crónica, es el atribuido a San Vicente. ¿Qué hubiese pasado  si se hubieran conservado en su totalidad? ¿Seguiría siendo este el de "San Vicente"? Por desgracia nunca lo sabremos.


Púlpito gótico de "San Vicente".


Este púlpito es de claro estilo gótico (siglo XIV), y tanto su basamento como su columna, de mármol, parecen ser los originales.

El pequeño capitel con el que se remata la columna, está decorado con unas pequeñas cabezas humanas y motivos vegetales.

 Por su parte, la  tribuna o pretil se encuentra finamente labrada, y en su cuerpo podemos ver alternados trilóbulos y cuadrifolios, así como motivos vegetales en su parte alta.

Frente a este púlpito, en lado del evangelio,  hoy en día podemos ver un precioso púlpito, también de piedra,  en el lugar que debió de ocupar uno de los góticos,  aunque de época bastante posterior.


Púlpito en el lado del Evangelio, frente al púlpito conocido como de "San Vicente".


A parte de estos cuatro púlpitos, todavía se podían encontrar dos más en el altar mayor, desde los que se cantaban también la epístola y el evangelio. Sabemos de su existencia gracias al Libre de obres correspondiente a los años 1420 y 1499, en los cuales aparecen varios apuntes sobre reparaciones en ellos. En el Libre de obres del año 1422 se les menciona como los del "epistoler e del evangelister". Finalmente estos dos púlpitos góticos fueron sustituidos por otros dos nuevos en el año 1566, obra de Miguel Aliaga y Dionisio Gamir.

Todavía existía otro púlpito de piedra más, junto a otro de madera portátil, los cuales se encontraban en la capilla mayor. De ellos tenemos constancia gracias a las anotaciones realizadas en varios libros de obra durante todo el siglo XV. Y son precisamente estos dos púlpitos desaparecidos, los que cree el canónigo de la Catedral Sanchis i Sivera fueron utilizados por San Vicente Ferrer.

El primero de ellos, el de piedra, por una de las clausulas firmadas por el arquitecto Juan Pérez Castiel, quién realizó las obras de remodelación de la capilla mayor en el siglo XVII y quien tuvo que moverlo de lugar, clausula que textualmente decía así:

"...deberá proceder con mucho cuidado en la traslación de los púlpitos al colocarlos en la parte de fuera, pues uno de ellos es tenido con gran respeto por haberlo ocupado muchos santos."

Sabemos que este púlpito gozó de gran veneración por parte del pueblo valenciano, siendo conocido popularmente como "trona de San Vicent", tal y como se le llama en las anotaciones de varios libros de obra (1605, 1606, 1609...)

¿Pero realmente este púlpito desapareció? ¿Es posible que el actual púlpito de San Vicente sea el que se encontraba en la capilla mayor, y no uno de los que se encontraban en los pilares del cimborrio?

Sanchís i Sivera así lo cree, indicando además que, con total seguridad, el púlpito que más utilizaría el santo valenciano, sería el portátil de madera, ya que se podría situar en en cada momento en el lugar más visible de la Catedral según las necesidades, con el fin de que los sermones de San Vicente fueran escuchados por todos los fieles que no solo se congregaban en la Catedral, sino en sus plazoletas adyacentes.

Pero sin lugar a dudas, desde le púlpito en el que sí impartió clases de teología el santo valenciano  es en el que se encuentra en la capilla del Santo Cáliz, antigua aula capitular, y que sirvió de aula de teología. Esta función la delata no solo el púlpito, sino la bancada que rodea todo el perímetro de la sala y que serviría de asiento para los alumnos.


Púlpito de la capilla del Santo Cáliz, antigua sala capitular.


A este púlpito situado en el muro derecho de la sala, también gótico y de piedra, se accede por una pequeña puerta que se encuentra a su lado izquierdo. 

A diferencia al anterior púlpito que hemos visto, este carece de basamento y pilar, encontrándose adosado directamente al muro. Su base tiene forma de capitel al que le faltara la columna, decorado con hojas de helecho, todo ello pintado en dorado, rojo y azul, al igual que los remates de los arcos tanto de la puerta de entrada al púlpito como del que le da acceso.

Púlpito de la capilla del Santo Cáliz y su puerta de acceso.


El pretil es totalmente macizo, decorado con arcos lobulados.

Pero desde este púlpito no solo San Vicente impartió su Cátedra de Teología. También sirvió para predicar los sermones en las sesiones capitulares, así como  los decretos en las cortes del Reino.




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