Con este título, Non sine cordis amaritudine et dolore – “No es sin dolor y amargura en el corazón”, mi amigo Ricardo da Costa, historiador brasileño especializado en la filosofía y la cultura de la Edad Media, en la Orden del Temple, y en la vida y obra de Ramón Llull, escribía hace ya unos años para la revista Ábacus un interesantísimo artículo en el que realizaba un preciso análisis de la bula papal Vox in Excelso (1312), bula mediante la cual el papa Clemente V suprimía a la Orden del Temple, además de hacer un breve pero interesante resumen de los hechos y acontecimientos que tuvieron lugar para llegar a dicha supresión, así como a la quema en la hoguera de entre otros, su maestre Jacques de Molay.
Y es así como he que querido titular esta entrada, No es sin dolor y amargura en el corazón, porque eso es lo que sentí cuando vi lo que vi, cuando vi con mis propios ojos lo que siempre quise ver, pero que jamás creí llegaría a ver.
Capilla neoclásica del Cristo de la Buena Muerte. Catedral de Valencia. |
Es muy posible que esta vez peque de imparcialidad, pero sinceramente, creo que el neoclasicismo para la Catedral de Valencia, ha sido lo que la bula Vox in Excelso fuempara con la Orden del Temple, una supresión de su historia, de su escultura, y de su arquitectura.
De todas las capillas absidiales que hoy podemos ver en la Catedral de Valencia, tan solo una, la capilla de la Virgen del Pilar, conserva su estructura gótica del siglo XIII al haber sido suprimida su decoración neoclásica. El día 1 de septiembre del año 1774, durante el arzobispado de Don Francisco Fabían y Fuero, comenzaban una serie de obras y remodelaciones en la Catedral cuyo único objetivo era ocultar su primitiva traza gótica en favor de las nuevas normas académicas del siglo XVIII.
Pero a pesar de todo, el gótico sigue allí, escondido y suprimido, reclamando su derecho a ser conocido y estudiado, y esperando con anhelo el momento de mostrarnos todo su esplendor.
Imaginamos sin temor a equivocarnos, que el resto de capillas absidiales de la Catedral de Valencia debieron tener la misma apariencia que la capilla de la Virgen del Pilar, capilla que estaba originalmente dedicada a los santos Domingo, Cosme y Damián. Tenía esta capilla del Pilar un precioso ventanal gótico, decorado con una no menos preciosa vidriera dedicada a los santos a la que estaba dedicados, además de tener una pequeña sacristía y una reja gótica hecha por el cerrajero Miguel Sancho, tal y como reza en el Libre de obres del año 1517.
Capilla de la Virgen del Pilar con el sepulcro del obispo de Valencia Raimundo Gastó. |
Pero vayamos al tema que esta vez nos ocupa. A la derecha de esta capilla, nos encontramos con la capilla de San Jaime, capilla que pese a su decoración neoclásica, ha sido la única que no ha cambiado de advocación desde que fue construida.
Sin lugar a dudas el mayor atractivo que tiene esta capilla para el campo de estudio al que está dedicado este blog, el medievo, son los sepulcros de Fray Andrés de Albalat, tercer obispo de Valencia y quien colocó la primera piedra de la Catedral en el año 1262, y el de el infante Alfonso de Aragón, primogénito del Rey Don Jaime I.
Sin embargo, esta capilla guarda un pequeño secreto. Una pequeña portezuela disimulada en el lado derecho desde la vista del espectador, que ha simple vista, pasa totalmente desapercibida.
Situación de la puerta camuflada, y en esta ocasión entreabierta, en el la capilla de San Jaime de la Catedral de Valencia. |
Y es precisamente esta pequeña portezuela, la que nos traslada en el tiempo y nos hace viajar a ese pasado gótico suprimido por el neoclasicismo y la estética del siglo XVIII.
Atravesando esta pequeña y disimulada cancela, acedemos a una de las partes más escondidas y ocultas de la Catedral. Desde aquí, tenemos acceso al gótico escondido, ese que los neoclásicos desterraron al ostracismo. Aunque sea en un espacio más que reducido, y ocupado actualmente por escombros y andamios, podemos ver la parte trasera de la capilla contigua del Cristo de la Buena Muerte.
De su parte exterior, de lo que se ve, lo que se puede admirar, cabe destacar sin lugar a dudas el sepulcro de Andrés de Albalat, el cual se encuentra repartido entre esta capilla y la de San Jaime, sepulcro al que dedicamos hace ya un tiempo una entrada en este blog, y el sepulcro del caballero Jaume Castellar, a quien junto a su reliquia donada a la Catedral, también dedicamos una entrada en fechas pasadas.
Sepulcro del obispo de Valencia Andrés de Albalat. Capilla del Cristo de la Buena Muerte. |
Sepulcro del caballero Jacme Castellá. Capilla del Cristo de la Buena Muerte. |
Esta capilla, que originalmente se llamó de Jesucristo y de Passione Imaginis, fue construida en tiempos del obispo Andrés de Albalat, siendo él mismo, según afirman algunos autores como los canónigos Sanchis i Sivera, o Juan Ángel Oñate, quien ordenó que se pintara en su retablo el hecho de la Pasión de la Imagen del Cristo de Berito, (Berytus, es decir, Beirut), además de fundar un beneficio con el nombre de Pasión de la Imagen.
La fundación del beneficio la tenemos documentada, realizándose ante el notario Guillermo de Jaca, sin embargo, en cuanto al retablo se refiere, otros autores como el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, Luis Arciniega García, sostienen que debe datarse no antes de finales del siglo XIV o principios del XV, dando varias razones más que convincentes para ello (La Passio Imaginis y la adaptativa militancia apologética de las Imágenes en la Edad Media y Moderna a través del caso valenciano. Ars Longa núm. 21. año 2012).
¿Pero por qué recibió esta capilla el nombre de Passione Imaginis? ¿cuál es su significado?
La respuesta nos la da el mismo Luis Arciniega en su magnífico trabajo antes citado. Esta advocación era bastante usual en los puntos de inicio de los templos, y máxime cuando las mezquitas eran consagradas como iglesias, demostrando así el triunfo religioso frente a los enemigos de Cristo y los que negaban sus creencias.
Poco más conocemos de este retablo que estuvo en la actual capilla del Cristo de la Buena Muerte. Sabemos que estuvo allí hasta mediados del siglo XVIII, cuando el canónigo Manuel Sanchis de Oribay lo sustituyó por otro retablo con la imagen de San Dimas.
Pero gracias a la magna obra de Juan Bautista Ballester que lleva por título Historia del S. Christo de San Salvador de Valencia y publicada en el año 1672, podemos hacernos una clara idea de como era.
Estaba formado por tres tablas, representando la primera y principal la imagen de Cristo en el suelo de la sinagoga, las humillaciones y afrentas sufridas por parte de los judíos, así como la lanzada y el manar de sangre y agua; la segunda de ellas, a su izquierda, el milagro de la sanación del paralítico; y la tercera y última, al lado derecho, el obispo bautizando a los judíos.
También fue conocida esta capilla como de la Espina, ya que allí fue donde se expuso durante tiempo la Santa Espina que el caballero Jacme Castellá donó a la Catedral en el año 1422.
Sin embargo, al poder admirar su parte trasera, esa que no se ve y que fue suprimida por la decoración neoclásica, podemos ver y comprobar que efectivamente, tal y como apuntaban muchos historiadores e investigadores, y tal y como se puede leer en algunas anotaciones del Libre de obres de la Catedral, esta capilla tuvo un precioso ventanal gótico, ventanal decorado con unas bonitas vidrieras contando la historia del Cristo de Berito, y que fueron sustituidas en el año 1437 por una vidriera de piedra blanca con el único objetivo de que el retablo pudiese verse mejor, además de contar con una reja de estilo gótico.
Así pues, aquí os dejo una imágenes, creo que inéditas, de la Catedral de Valencia. El gótico oculto de la Capilla del Cristo de la Buena Muerte. En ellas se puede apreciar parte de su muro y parte de ese ventanal gótico, ventanal que se si no se está intentando recuperar, al menos si se está intentando consolidar.
Cuando visitéis la Catedral de Valencia y veáis sus capillas absidiales, recordad estas imágenes, recordad ese gótico oculto y suprimido, ese gótico que esperemos algún día, podamos admirar.
Como os dije al principio, es posible que esta vez no haya sido todo lo objetivo e imparcial que debería de haber sido. He de reconocer que el neoclásico de la Catedral de Valencia forma parte de su historia y suprimirlo totalmente podría llegar a ser una aberración, pero no puedo dejar de contemplar estas imágenes non sine cordis amaritudine et dolore, no sin dolor y amargura en el corazón...
Ventanal gótico de la capilla del Cristo de la Buena Muerte. Catedral de Valencia. |
Ventanal gótico y muro de la capilla del Cristo de la Buena Muerte. Catedral de Valencia. |
Detalle de una de las columnas del ventanal gótico de la capilla del Cristo de la Buena Muerte. Catedral de Valencia. |
Ventanal gótico y muro de la capilla del Cristo de la Buena Muerte. Catedral de Valencia. |
Ventanal gótico y muro de la capilla del Cristo de la Buena Muerte. Catedral de Valencia. |
Ventanal gótico y muro de la capilla del Cristo de la Buena Muerte. Catedral de Valencia. |
Muro gótico de la capilla del Cristo de la Buena Muerte. Catedral de Valencia. |
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