Situado sobre la portada de la
Almoina, y justo en medio del hastial, al alzar la vista, nos encontramos con un magnífico ventanal
gótico que desde luego, no pasa desapercibido para nadie. Pero aunque siempre
estuvo abierto en su parte exterior, no siempre los visitantes de la Catedral
tuvieron la suerte de poder admirar tan maravilloso trabajo en su interior.
Ventanal gótico visto desde el exterior. |
En el último tercio del siglo
XVIII, siguiendo las pautas marcadas por el neoclasicismo, fue prácticamente
cegado, convirtiendo esta extraordinaria obra en un simple ventanuco
rectangular. Fue en el año 1962, siendo Marcelino Olaechea y Loizaga arzobispo
de Valencia, cuando se recuperó la parte interior del ventanal.
Está formado por tres arcos
ojivales, formando un abocinado soportado a su vez por tres columnas de la misma fábrica y forma
que las de la portada, aunque de mayor tamaño.
Sus capiteles están decorados con motivos geométricos y vegetales, y se
encuentra dividido por un parteluz o mainel. Hay que decir que este parteluz no
es el original del ventanal, el cual fue sustituido en el año 1962.
Ventanal gótico visto desde la capilla de San Pascual Bailón. |
Gracias al "Libre de
Obres" del año 1442 sabemos que
tenía una vidriera, ya que en el folio 13v de este libro se apunta que
había que limpiar "la vidriera gran
damunt lo portal de la plaça de la fruyta". Sin embargo, al igual que
ocurre con el parteluz, la vidriera que hoy podemos observar data del año 1962,
y fue realizada en Bilbao por la empresa Vidrieras
de Arte S.A. Fue fabricada para conmemorar el 700º aniversario de la colocación de la primera piedra de la
Catedral.
Sobre el parteluz, figura una
inscripción con el nombre de los autores de la vidriera :
"PINTÓ JUAN. BAUTISTA.
CASTRO. HIZO: FÉLIX CAÑADA BELLO.
DIRECTORES: ALEJANDRO FERRANT VÁZQUEZ. ARQUITECTO; VICENTE CASTELL MAIQUES. PRESBÍTERO Y D. FELIPE MATEU LLOPIS"
Justo debajo de la inscripción,
se halla el sello de la de la Catedral de Valencia, con la leyenda:
"SELLO DEL
CABILDO VALENTINO"
Sello de la Catedral de Valencia. |
La vidriera se encuentra dividida
en ocho partes en cada uno de los lados del parteluz. Las dos primeras, de
forma casi triangular, al seguir la ojiva del ventanal. Las restantes, de forma
casi cuadrada.
En las partes triangulares se
dibujan los sellos de un obispo y un arzobispo. El primero de ellos, el de la
izquierda, es el sello del obispo fray Andrés de Albalat, quién puso la primera
piedra de la Catedral en el año 1262, y en el que se le representa con báculo y actitud de bendecir, rodeado por
la leyenda:
"SELLO DE FRAY
ANDRÉS, POR LA GRACIA DE DIOS OBISPO DE VALENCIA"
El de la derecha es el sello del
arzobispo de Valencia Marcelino Olaechea, quién fue el promotor de la vidriera
y de las obras de este ventanal. En el se lee la siguiente leyenda:
"SELLO DE
MARCELINO OLAECHEA , POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SEDE APOSTÓLICA, ARZOBISPO
DE VALENCIA"
Sello de Marcelino Olaechea, arzobispo de Valencia. |
En las siguientes divisiones
están representados los siete matrimonios que se encuentran en los canecillos
de la portada, de lo cuales, hablaremos en un
próximo artículo.
Originalmente las vidrieras
estaban historiadas, seguramente reproduciendo los capiteles de la portada, es
decir, historias del Antiguo Testamento,
desde la Creación hasta el Diluvio, y desde después del Diluvio hasta Moises.
Opina el canónigo de la Catedral
Juan Ángel Oñate en su obra "La
Catedral de Valencia", que estas reproducciones estarían encabezadas
por la imagen de Cristo, imagen que estaría en el lugar que ocupa la
inscripción de los autores de la vidriera.
No sin razón, se siente Oñate disconforme con la realización de esta vidriera, la cual, no cumple ninguno de los patrones de la época gótica. Ya no solo por representar en ella las cabezas que se encuentran en los canecillos de la portada, en vez de los pasajes bíblicos de los capiteles, sino por no respetar siquiera las reglas heráldicas de la época. Los escudos y blasones de los donantes o artífices de la obra, debían representarse en la parte baja, nunca en la parte alta.
No sin razón, se siente Oñate disconforme con la realización de esta vidriera, la cual, no cumple ninguno de los patrones de la época gótica. Ya no solo por representar en ella las cabezas que se encuentran en los canecillos de la portada, en vez de los pasajes bíblicos de los capiteles, sino por no respetar siquiera las reglas heráldicas de la época. Los escudos y blasones de los donantes o artífices de la obra, debían representarse en la parte baja, nunca en la parte alta.
Como bien termina afirmando el
canónigo: "De hombres es el errar;
pero de sabios reconocer nuestros errores".
Gracias
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