Valentia Mediaevalis : Tras la pista de Jaime I: un temprano intento de asesinato.
Este blog está registrado en la Biblioteca Nacional de España con el número de ISSN 2603-8714

viernes, 23 de febrero de 2018

Tras la pista de Jaime I: un temprano intento de asesinato.


Poco o nada sabemos de los primeros años de vida del futuro rey Jaime I, ya que la documentación al respecto es prácticamente nula, y solo tenemos como referencia el Llibre del Fets, donde él mismo narraba de forma autobiográfica su paso por la historia.

A pesar de ello, todos los historiadores, investigadores y estudiosos de la vida y obra de este rey, están de acuerdo en que tuvo que pasarlos junto a su madre, María de Montpellier. Sí sabemos gracias a la documentación que María de Montpellier se hospedaba desde el mes de julio del año 1209 en la cámara del abad del monasterio de San Salvador de Aniano, monasterio Benedictino que se encuentra a poco más de 30 kilómetros al oeste de Montpellier.

Esto lo sabemos gracias al primer testamento de María de Montpellier efectuado el 28 de agosto del año 1209 desde  el monasterio de Aniano, donde se nos decía textualmente que era allí donde residía la reina ...in camera Abbatis Aniane, apud Montempessulanum, ubi domina morabatur regina.

Tríptico de marfil del siglo XV, donde se representa  el matrimonio de María de Montpellier y Pedro II de Aragón. Biblioteca de la Celda Prioral de la Cartuja de Valldemossa (Mallorca).


Gracias a este documento también podemos saber quienes fueron las personas más cercanas al pequeño Jaime durante los primeros meses de su vida. Como es lógico pensar se criaría entre otros,  junto a las sirvientas de la reina, Emessenda y Guillelma,  Hermesendi et Guillelme, que mihi serviunt, junto a su nodriza MaríaMarie, nutrici mee,  o junto a  Anna de Porz y Ana Favariza, familiares de María de Montpellier.


Detalle del tríptico donde se representa  el matrimonio de María de Montpellier y Pedro II de Aragón


Por el contrario, la relación con la familia paterna tuvo que ser prácticamente nula durante este primer tiempo. De hecho, Pedro II no solo no estuvo presente durante el nacimiento de su hijo, sino que  no lo vio por primera vez hasta mediados del mes de noviembre del año 1209, cuando viajó hasta Montpellier para entrevistarse con Simón de Monfort.

Lo cierto es que el pequeño Jaime, sin saberlo, ya se había convertido en una amenaza para muchos, tanto de un bando, el de su padre, como para el otro, el de su madre.

Este hecho queda claramente reflejado en el supuesto intento de asesinato que sufrió el pequeño Jaime  estando en su cuna, tal y como lo cuenta en el Llibre dels Fets

E aenant nos jaen en lo breçol tiraren per una trapa sobre nos ·I· cantal, e caech prop del breçol: mas nostre Senyor nos uolgue esforçre que no morissem. 

Estando el pequeño Jaime acostado en su cuna, alguien lanzó una gran piedra desde una trampilla situada en el techo de la cámara, piedra que por suerte no alcanzó al pequeño, que logró salvar la vida.


Folio IIIIr del Llibre dels Fets donde Jaime I cuenta como intentó ser asesinado.


Pero no solo el rey recogía este hecho en su biografía. El historiador Bernat Desclot, hacía lo propio en su "Crónica del Rey Don Pedro y de sus antecesores pasados":


E hun jorn, mentre l'infant dormia al breçol en huna casa, hac hom feta una trapa endret del breçol; e trames li hom d'avall sobrel breçol huna gran pedra, per tal que moris. E plach a Deu que nol tocha, mas dona tal colp al copol del breçol quel trencha. E no poch hom saber qui u feu; mas bes pensa hom que aquells qui eren sos parents ho havien fet. E la dona conech quel infant havia mal volents, e guardalo al millor que poch, e nodrilo molt gint.

Como podemos ver en este relato, Bernat Desclot, cronista que vivió en la segunda mitad del siglo XIII,  acusaba del intento de asesinato a los parientes del pequeño Jaime.


Folio 46r de la Crónica de Bernat Desclot sobre el nacimiento del rey Jaime.


¿Pero quienes fueron estos parientes?  Los principales sospechosos de este acto fueron el conde Sancho, y el infante Fernando de Montearagón, hermano de su padre, y al que con el paso del tiempo, Jaime I llegó a llamar afectuosamente patruo nostro carissimo, nuestro tío más querido.

Tanto el conde Sancho como el infante Fernando, tenían posibilidades de alcanzar el trono, y el nacimiento del pequeño Jaime acababa con sus sueños de grandeza, por lo que eliminarlo, aunque fuera aplastándolo con una enorme piedra, reavivaría de nuevo sus esperanzas.

Así lo hacía ver el barón de Tourtoulon (1836-1913) en el primer tomo de su obra "Historia de D. Jaime el Conquistador", donde sospechaba de el seu oncle don Ferran, home d'esglesia que vivia com a home de armes, es decir, de su tío Fernando, hombre de iglesia que vivía como hombre de armas,  y de el seu besoncle don Sanç, comte de Roselló i comte governador de Provença durant la minoritat de Ramon Berenguer V,  de su tío abuelo don Sancho, conde del Rosellón y conde gobernador de la Provenza durante la minoría de edad de Ramón Berenguer V.

Por otro lado, el historiador Ferran Soldevila (1894-1971), en su trabajo titulado "Els primers temps de Jaume I", acusaba de este fallido intento a los hermanastros de María de Montpellier, Aymard, Bergunyo, Bernardo Guillermo, y Tortoseta, liderados por su también hermanastro Guillermo IX de Montpellier.

Por su parte, el medievalista italiano Stefano María Cingolani, apuntaba en su trabajo "Jaume I. Historia i Mite", al conde Raimundo VI de Tolosa como causante del intento de asesinato, ya que por culpa del pequeño Jaime, podía perder el Señorío de Montpellier.

Tal y como apuntaba el historiador y medievalista Martín Alvira Cabrer, Fuera quien fuera, lo que este episodio pone de manifiesto son los poderosos intereses que se vieron amenazados por el pequeño heredero del Señorío de Montpellier y la Corona de Aragón.

Lo cierto es que como el propio rey dictaba en su crónica, Nuestro Señor quiso con esfuerzo que no muriese...

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